El uso de los drones en la agricultura ha estado en el ojo público desde hace un tiempo relativamente corto, ya que facilita la supervisión de faenas cotidianas como el sistema de riego, la fumigación, cartografiar el campo, conocer el rendimiento y progreso de la cosecha entre otros.
Por ello son cada vez más los entusiastas de incorporar esta tecnología a las labores del campo, ya que reducen significativamente el tiempo dedicado a cada faena mientras reducen los costes y aumentan la productividad, ya que se puede ahorrar en una gran cantidad de cosas como mano de obra, químicos, combustible, entre otras.
Una regulación necesaria
Siendo cada vez más los agricultores deseosos por incorporar esta tecnología, la Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés), ha estado aprobando exenciones para todas aquellas operaciones que se relacionan con la agricultura en lo que va de año, ya que el uso de los drones en la agricultura se ha visto reducido por la falta de normas federales.
Es bien conocido por los agricultores que toda la información que requieren para sus cultivos, y que tomaba días en ser recolectada, ahora se puede conseguir en cuestión de minutos; sin embargo, a pesar de los beneficios directos, estos no pueden volar u operar legalmente un dron todavía.
Por ello, la FAA se encuentra trabajando en las normas que permitirían a estas aeronaves ser utilizadas regularmente por los agricultores, siempre y cuando se mantengan ciertas normas de privacidad y seguridad.
De hecho, en una propuesta realizada este año por la FAA, se permitirían estos vuelos siempre y cuando los drones no pesen más de 25 kg, vuelen durante el día y se mantengan a la vista del operador, entre otras exigencias de carácter legal.
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